3 de diciembre de 2009

Taj Mahal

De vuelta otra vez a India. Y, para que no quepa duda, con el símbolo más significativo del país para los turistas: el Taj Mahal.


Creo que nunca nadie se ha ido de este país sin tener su foto con el archiconocido mausoleo. ¿Es para tanto? No lo sé, será cuestión de gustos. La verdad es que impresiona cuando lo ves mientras atraviesas la gran puerta que está enfrente (aunque supongo que sería mucho más impactante si no lo hubiéramos visto una y otra vez en fotos) y a medida que avanzas comienzas a sentirte como si estuvieras en una postal gigante.

Nada más entrar, todos hacemos lo mismo: desenfundamos la cámara e intentamos hacer la foto que tantas veces hemos visto en las revistas de viajes. Sí, todos. Y quien diga que no, miente.


Nadie se resiste a tomar unas cuantas instantáneas del fotogénico Taj Mahal. Y después de las fotos de rigor viene lo peor... cuando la gente empieza a poner posturas raras emulando que coge el gran Taj Mahal con la mano o lo sostiene por la cúpula. Tiene su gracia observar durante un rato las tonterías que hacemos cuando estamos en lugares de este tipo...


- ¿Cual es la clave?
- El color blanco impoluto con el fondo azul del cielo.
- No, la escala. La escala es la clave.

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